Disección de la obra

Disección de la obra

El libro EXPEDIENTE ROYUELA está dividido en capítulos (qué original, ¿verdad?), siendo el más profuso el dedicado a algunos de los muchos casos documentados, y que tienen como protagonistas victimarios a fiscales, policías y jueces de alto copete (sobre todo en Cataluña), y como víctimas a un sinfín de ciudadanos españoles (completamente desconocidos los más, y algunos de gran renombre social).

Alberto Royuela

LA FAMILIA

La Familia Royuela. Pues sí, bien podría haber sido adecuado título para una serie radiofónica en la España de los pasados años 70. Pero la familia existe, vive toda en Barcelona, y de no haberse cruzado en su camino el expediente que ahora lleva su nombre, lo más probable es que fuera un clan pudiente más de la ciudad, con cada uno de sus miembros en sus quehaceres particulares, como todo el mundo.

Pero vamos a conocer a algunos de ellos, presentes y pasados, por tener un siempre deseable conocimiento humano de lo que en la práctica supone el «motor y el alma» del EXPEDIENTE ROYUELA.Sin mayor dilación, procedamos.Los padres de Alberto Royuela Fernández se conocieron en Bilbao, trabajador de Altos Hornos el uno, de una empresa textil la otra. […]

LA MUERTE DE JAVIER

Así recuerda Alberto Royuela padre en su libro La otra Transición aquellos aciagos días:

«En mayo de 1993 sentí la muerte de la manera más descarnada en la persona de un ser extremadamente sensible y bueno como era mi hijo Javier. La viví como nos ha enseñado esta cultura que la escamotea, que la oculta bajo la sombra de lo feo, como si fuera una vergüenza que hay que esconder a los niños y sufrir su proximidad por los demás como una desagradable molestia de la vida cotidiana. Una especie de pactada conjura del silencio que la ignora o la niega, una forma de hacernos infelices dirigiendo nuestras vidas a mirar con resignación y terror a la muerte.

Quizás Javier fue también el más frágil, el más vulnerable, el que más me necesitó, el que más se identificó con mis ideas, el que más me idealizó entre todos mis hijos. Dependiente, necesitado de protección, precisaba siempre de alguien que le respaldara.» […]

 

NOTAS Y MÁS NOTAS

El azar quiso que Alberto Royuela padre supiera de un despacho repleto de notas manuscritas, entre las que se encontraban las correspondientes a la muerte de su hijo Javier. Descubre entonces lo que siempre sospechó la familia: que en realidad fue un asesinato.

El escalofriante arsenal (¡docenas de miles de documentos!) es trasladado a un lugar secreto de Francia, donde aún permanece.

El archivo da cuenta de las más variadas fechorías, auspiciadas todas por altos funcionarios judiciales de la Fiscalía de Cataluña.

El «tesoro» fue descubierto allá por 2006, y desde entonces se está archivando de la manera más razonable posible, por cuadrar los casos y denunciarlos ante la autoridad competente. Sin resultado práctico alguno hasta la fecha, a pesar de que pocos delitos pueden aportar tal cantidad de evidencias probatorias.

 

EL EXPEDIENTE

Lo que se conoce como EXPEDIENTE ROYUELA lo componen docenas de miles de documentos manuscritos, obra de múltiples personajes tanto de la judicatura de Cataluña como de médicos forenses, abogados, policías y demás gente con poder, a los que el Estado (todos nosotros, por tanto) les paga para perseguir el delito, y no precisamente para cometerlo durante años.

A modo de meros ejemplos, se relatan aquí los [supuestos] asesinatos de un marchante de arte, del que fuera un deportista de élite, de una prostituta harta de su cliente (¡pobre Dolores!), de un militar retirado cuya imagen icónica permanece en la memoria colectiva de la reciente historia de España, de un famoso escritor, de un reconocido periodista, del hermano de un político que ostentó en su momento gran poder, de un clan mafioso al completo, de un afamado empresario, de caballeros de sangre azul…

Y aparecen involucrados en muy feos asuntos hasta expresidentes de gobierno, o ministros de antaño y recientes.

 

MÁXIMA DIFUSIÓN

Con esta frase solía acabar sus ‘entregas’ cotidianas Santiago: «Máxima difusión». Quizá esta sea una de las claves para que el EXPEDIENTE ROYUELA acabe dando sus frutos, y que, de ser cierta una infinitésima parte de lo que dicen las notas, cada cual pague su pena, que no debería ser desde luego anecdótica, y ni siquiera ejemplarizante, sino sencillamente «justa».

Ni que decir tiene que el EXPEDIENTE ROYUELA simplemente no existe para la práctica totalidad de los medios de comunicación, con independencia de su signo ideológico. Apenas un puñado de diarios digitales ha mostrado hasta el momento verdadero interés por tan grosero asunto, y aún menos adquirieron cierto compromiso de divulgación en el tiempo. Algunos más hicieron en un momento dado mención pasada del mismo, sobre todo para ridiculizarlo, y en cualquier caso dejando claro su posicionamiento al respecto: se trata de una paranoia familiar, padre e hijo menor, quienes […]

 

J’ACUSSE

Sin pretender emular a Émile Zola en el Caso Dreyfus, no quisiera dejar de emitir en la presente obra mi pálpito personal sobre el EXPEDIENTE ROYUELA, que quise exhibir con cierta equidistancia calculada en el artículo de opinión germen del libro, y que fue mutando hacia una «más que razonable credulidad» sobre lo que exponen dos de los miembros de la familia: Alberto padre y Santiago.

¿Cómo puedo explicar de forma al tiempo contundente y didáctica las pulsiones íntimas que a uno le asaltan al leer de sopetón que una trama tan secreta como administrativa (fiscales, policías, jueces, médicos, políticos) se ha encargado de asesinar a unas mil quinientas personas en pocos años, guiados sobre todo por razones puramente crematísticas, además de extorsionar, amenazar, traficar con lo prohibido, y que la Justicia, en lugar de poner a los denunciantes una alfombra roja y sala de masaje por su compromiso […]

 

UNA ENTREVISTA

Alberto Royuela Fernández (el patriarca), Alberto Royuela Samit (el primogénito) y Santiago Royuela Samit (el benjamín) responden a pecho descubierto a una entrevista entre didáctica y provocativa.

Se les pregunta por su reacción al descubrir la avalancha de notas manuscritas, o por qué creen que los grandes medios de comunicación han hecho caso omiso hasta el momento del Expediente, o cómo atisban el final de su lucha. También responden a quienes justifican su incredulidad al hecho de que «nadie en su sano juicio dejaría tal cantidad de evidencias incriminatorias». Responden igualmente a la pregunta de si temen por su seguridad personal. Y se ponen en el lugar del ciudadano estándar que se topa de bruces con un hecho de tal calibre. ¿Qué fórmula creen más apropiada para que el Expediente se abra paso en la Justicia española? ¿En qué medida consideran culpables a los partidos políticos de este «muro de contención»? ¿Cuál es su posicionamiento ideológico en la actualidad?  

 

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