El EXPEDIENTE ROYUELA apenas ha tenido repercusión mediática [independiente] a lo largo de estos últimos años, a pesar de tratarse de un [supuesto] escándalo multiadministrativo sin precedentes en la Europa de posguerra. Y aquellos medios que lo trataron, lo han hecho de una manera por completo descalificativa («El bulo de un fascista resentido»; «El QAnon español»; «Una acusación gratuita, sin pruebas, sustentada solo en su palabra»), agresiva, mentirosa y como mínimo malvada. 

Por algo será.

Es uno de los propósitos del libro que esta triste y cobarde realidad cambie, y estamos seguros de que así será en algún grado. No esperamos nada de los periodistas comprados (¡legión de mercenarios!), pero sabemos que existen profesionales serios y comprometidos con la verdad, por muy pestilente que resulte: en definitiva, con la ética periodística bien entendida.

De momento, usaremos este rincón para dejar constancia de la repercusión mediática que vaya teniendo, o que de hecho ya tuvo.